6 de mayo de 2009

Que empieze el ¿Juego?

Parte 3


Eran aproximadamente las 2:30 AM y decidimos que era momento de bajar al subsuelo, así que los cuatro, sigilosamente, bajamos las escaleras siendo que teníamos que ser cuidadosos ya que el silencio en el edificio era notable, por lo cual había que evitar sobre saltos y hablar lo mas tranquilos posible y esto era complicado porque Luís tiene una voz resonante y ocasionalmente molesta. Para colmo la muy torpe de Soledad trastabilló cayendo sentada mientras a su ves descendía un escalón de culo; nunca reprimimos tanto una carcajada y Claudia, la más risueña del grupo, se tapaba la boca con la caja que contenía los elementos del juego.

Prendí las luces, así que el sótano quedó en evidencia; sus jaulones oxidados, los ganchos de carnicería que colgaban las bicicletas de los propietarios, el piso de cemento rasposo y un recipiente con veneno para ratas, cuya fecha de vencimiento seguro había expirado hacía por lo menos un año.

Claudia y Luís no conocían el lugar, así que observaron todo, inclusive hasta las sobras guardadas que eran desde sillas, jarrones, baúles, el pingüino embalsamado de un propietario que no viene hace 5 años como mínimo, azulejos, mesas de madera, escritorios y una urna para cenizas.

Comenzamos a armar el juego sobre una mesa de madera mediana de patas cortas algo angosta que previamente a la tarde yo había visto fuera de una baulera, tomando en cuenta que en el piso por ahí era incomodo; letras, números, SI, NO, etc.
Todo esto lo hicimos rápido porque temíamos que la luz del sótano proyecte algún tipo de reflejo que levante sospechas por lo cual teníamos que apagarla e iluminarnos con un par de velas que tenía en una bolsa.

Todo estaba listo. Apoyamos los dedos sobre la copa, tratamos de no mirarnos demasiado entre nosotros para concentrarnos en ella y estuvimos aproximadamente tres minutos en silencio que fue roto levemente por la voz de Claudia que preguntó algo así como:

- Si estás ahí te pido que te manifiestes. ¿Estás? -dijo 30 segundos después.

- Debe estar ¨no disponible¨, boluda. - remató Luís, haciendo alusión al MSN.

Es difícil describirlo, pero lo expresó de una forma seria en la que ni se inmutó que me provocó muchas risas, al punto de que lagrimeé al contenérmela. Pero a pesar de esto, nos enojamos un poco, porque realmente se había logrado un clímax prometedor al que nos costó volver unos 20 minutos; además de que no quería que pasara algo similar a lo que la vez anterior; pero bueno, con las cosas que fueron sucediendo luego, recordar una situación cómica no le hace mal a nadie.

Nos pusimos serios y lo que Luís había dicho hacía 20 minutos fue como sino hubiese sucedido.
Claudia me preguntó si sabía el nombre de la difunta en la urna pero desgraciadamente negué con la cabeza, así que no le quedó otra que repetir lo de antes.

- Si estas ahí ¿podrías manifestarte?

Y si... hubo una manifestación.

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