20 de mayo de 2009

Presencia

Parte 5



Así que después de su manifestación retomamos las preguntas, aunque la miedosa de Soledad decía que no estaba segura de seguir jugando y me destruyó con su mirada cuando volví a re doblar la apuesta por segunda ves:

- ¿Podrías mostrarte? Nos gustaría verte.

- Hablá por vos - acotó Soledad.

Y la miré con cara de ¨No seas pelotuda¨

La copa comenzó a moverse y lentamente formó:

- No quiero... es difícil.

- ¿Estas con otro espíritu mas? pregunté.

- Habrá pronto.

- ¿Podrías decirnos tu nombre, por favor? reclamó Luís

- Javier.

Y sin que preguntemos nada la copa comenzó a moverse un poco mas rápido. En un principio iba de una letra a otra constantemente y volvía repetirlas, eran tres letras:

- AMS

Nadie entendía que era AMS y en un futuro esto tendrá un POSIBLE significado.
Pero en ese momento, al moverse la copa de acá para allá parecía que ya no tenía ganas seguir en contacto con nosotros y fue Claudia quien le preguntó:

- ¿Te queres ir?

- Si

Y la copa cesó de moverse y volvió a l centro del tablero, pero yo, caprichoso, volví a insistirle:

- ¿Podrías mostrarte?

Pasaron 2 o 3 minutos y no hubo respuesta y parece que Mariano se había ido.

Sacamos los dedos de la copa, prendimos cigarrillos y nos quedamos charlando un rato sobre la noche, ya era sábado a la madrugada, cerca de las 6 AM, quizás. Permanecíamos en el sótano a oscuras con la poca luz del fuego de las velas hasta que de repente se oyó un portazo acompañado de pasos lentos, que no eran consecuentes, sino que medio pausados; nos miramos los cuatro espantados pensando ¿y ahora qué?
Cada ves se hacían mas fuertes y venían acompañados de ruidos extraños; estábamos paralizados, realmente me latía el corazón a mil por hora, no sabía si salir corriendo, si acercarme hasta la zona oscura para ver que era y prender las luces.

Se veía que de un poco mas lejos venía una sombra; Luís estaba pálido, Claudia inexpresiva y Soledad agarrandose la cara con las manos rezando que se termine.
Pero me puse escéptico y no se porqué tomé el papel de chico valiente y fui a ver caminando lo mas sigilosamente posible, porque efectivamente mi sospecha era cierta.
Miré y caminando rápido volví hacia mis amigos y novia y les dije hablando en voz baja:

-Apaguen las velas, apaguen las velas. Hagan silencio, quietos.

Y empezamos a soplar suavemente quedando a oscuras; los chicos no entendían nada y con muecas exigían explicaciones, mientras que yo solo ponía mi dedo índice en los labios pidiéndoles que hagan silencio freneticamente.
Y si, era Matías (el pibe que le contó a mi madre lo de la vieja en la urna) que bajaba a dejar su bicicleta, se ve que estaba medio ebrio.

Falsa alarma y final gracioso pero vivirlo no fue para nada cómico.

Días posteriores ocurrieron algunas cosas que les voy a mencionar en el próximo upload.

No hay comentarios:

Publicar un comentario